domingo, 25 de octubre de 2009

Vivo

Desde que anuncié el gan día, ese día ha sido todo el tiempo y no ha sido todavía. Está creciendo mi aprecio por lo ordinario, y vivo en un día que puede ser grande, lo cual es suficiente. Hicimos nuestro concierto en la sala Clamores, ese grán día recibí las copias de mi nuevo disco, y vi a mucha gente de Madrid que, !oh! cómo pasa el tiempo, foma parte de un pasado intenso. Al concierto fueron también personas de Salamanca: Fernando Maés y Loli, Jara, Arturo Ledesma y compañía, Expeleta, Delgado... Tanta emoción debió abrumarme, porque me sucedió lo que me sucede cuando no puedo controlar alguna emoción: me bloqueé. Me quedé rígido como una piedra. El concierto fue excelente musicalmente, ejecutamos la obras con maestría, pero me pareció un ensayo. Después me dijeron que así es la sala Clamores. En todo caso, al final del concierto, que comenzó así...



...entraron mis hermanos al camerino con la cara emocionada, qué maravilla, qué conciertazo, mis colegas han flipado... No entendía nada, había sido como tocar en televisión y que la gente lo viera desde sus casas. Creo que soy dependiente del contacto con el público, y ahí no lo sentí, en realidad ni me sentí a mí mismo.

Y eso pasó, y como no pasó nada, yo seguí esperando la sensación que esperaba. A los dos días un concierto fantasma en un bar de pinchos, y a la semana siguiente un concierto de guardia en el Santa Ana. Resulta que falló el hombre que iba a tocar esa noche y me avisaron a mí para sustituirle. Creo que ahí me resarcí de lo que me faltó en la gran sala Clamores. Luego seguí esperando mucho más, algo extraordinario. La presentación en la librería Hyidria de Salamanca era el momento perfecto para sentir todo eso, la comunicación mágica, el intercambio de auras con el público. Sí, hubiera sido perfecto si no hubuiera estado absolutamente enfermo. Hice todo lo que sé para curarme e hice un buen concierto, pero supuso un esfuerzo tan grande que me quedé con las ganas de flotar en el escenario. Es mi trabajo, pensé, qué se le va a hacer, al menos está bien hecho...

Por eso sigo en este gran día, porque lo que ha de pasar no es algo extraordinario de un día, es convertir lo extraordinario en ordinario. Esta semana que entra, el día 29 de Octubre es la presentación oficial en Salamanca, en el teatro de la biblioteca Torrente Ballester, y el día 11 de Noviembre la vuelta al Libertad 8. Estas fechas me las tomo como parte del camino, a ver si así no me vuelvo a quedar como una piedra.

4 comentarios:

  1. A mí me parecío genial el concierto de Clamores, aunque el del Santa Ana, al que haces referencia creo, que en solitario, es el mejor que te he visto. Hay por ahí una pareja asturiana, que por cierto em han mandado un email donde mandan recuerdos para tí, que todavía están flipando. veremos en la torrente.

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  2. Lo ordinario en extraordinario, diría yo.

    Será raro no estar... pero me toca ser... que en inglés son lo mismo, pero en castellano no son igual.

    Besos y música,
    Jara*

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  3. Yo, en Clamores, no note bloqueo alguno y como dice Jara, te intuyo experto en transformar lo ordinario en extraordinario. Está claro, que Vives, con solo escucharte y leerte, se nota. Lo importante es el día a día y no uno solo de ellos.

    : )

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  4. Seguro que en el Libertad será mucho mejor y más cercano. En mi opinión, el escenario de Clamores es demasiado alto y las mesas y las sillas del público demasiado bajas, y el calor de esas luces da frío..

    Me muero de ganas de escuchar todas las canciones de nuevo en el Libertad!

    1 abrazo gigante!!

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